Mientras Independiente fantasea con haber recuperado su estirpe copera, River lo bailó en Avellaneda y lo dejó a tiro de la Promoción. Con el 1-0 de anoche, el Rojo apenas sacó 2 puntos sobre 9 disputados y quedó a sólo 11 de Huracán. Por su parte, La Banda escala punto por punto y -sin proponérselo- ya está en la cima del Clausura. Lo que puede la paternidad...
Venían mareados con tantos aires de copa, que creyeron que el partido sería un trámite. Que reavivando aquel mito prehistórico del Rey de Copas podrían escaparle a esa paternidad que tanto les duele, que tanto les pesa. Pero no, Rojo, papá River podrá tener altibajos, pero para vos jamás hará la excepción de atenderte.
Cómo será, que desde el domingo pasado, después de despachar a otro que se cree grande pero que al menos tiene la delicadeza de llamarse "sexto", empezamos a disfrutar de esta nueva visita a Avellaneda. En especial, porque ya sabemos cómo termina, porque desde que naciste fue así: nosotros, papá, y vos, chiquito y amargo.
Así que fuimos hasta ese remodelado monumento a la amargura y te lo copamos a pura fiesta, bombo y bandera. Como lo hicimos cuando era una simple Doble Visera y como lo vamos a seguir haciendo ahora que es una eterna obra en construcción. ¿Te quedaste corto de ladrillos? Avisá que te damos una parte del pase de Lamela. No seas orgulloso, aceptá, aceptá, que el Patito Rodríguez tiene tanto del Kun Agüero como Tuzzio de Bochini. Ah, perdón, ¡cierto que vos los ovacionás por igual...!
Encima ahora, que por primera vez en muchos años se te dio por pensar en grande, empezás a sufrir tu condición de chico. Sí, justo cuando empezabas a fantasear con el sueño copero y a fanfarronear con la goleada a Peñarol, apareció papá para bajarte de las nubes y ponerte los pies sobre la Promoción. Ese lugar al que minimizás porque te crees el Rey de Copas... Dale Rojo, que de Rey apenas tenés la historia.
Venían mareados con tantos aires de copa, que creyeron que el partido sería un trámite. Que reavivando aquel mito prehistórico del Rey de Copas podrían escaparle a esa paternidad que tanto les duele, que tanto les pesa. Pero no, Rojo, papá River podrá tener altibajos, pero para vos jamás hará la excepción de atenderte.
Cómo será, que desde el domingo pasado, después de despachar a otro que se cree grande pero que al menos tiene la delicadeza de llamarse "sexto", empezamos a disfrutar de esta nueva visita a Avellaneda. En especial, porque ya sabemos cómo termina, porque desde que naciste fue así: nosotros, papá, y vos, chiquito y amargo.
Así que fuimos hasta ese remodelado monumento a la amargura y te lo copamos a pura fiesta, bombo y bandera. Como lo hicimos cuando era una simple Doble Visera y como lo vamos a seguir haciendo ahora que es una eterna obra en construcción. ¿Te quedaste corto de ladrillos? Avisá que te damos una parte del pase de Lamela. No seas orgulloso, aceptá, aceptá, que el Patito Rodríguez tiene tanto del Kun Agüero como Tuzzio de Bochini. Ah, perdón, ¡cierto que vos los ovacionás por igual...!
Encima ahora, que por primera vez en muchos años se te dio por pensar en grande, empezás a sufrir tu condición de chico. Sí, justo cuando empezabas a fantasear con el sueño copero y a fanfarronear con la goleada a Peñarol, apareció papá para bajarte de las nubes y ponerte los pies sobre la Promoción. Ese lugar al que minimizás porque te crees el Rey de Copas... Dale Rojo, que de Rey apenas tenés la historia.
Fuente: La Página Millonaria


























