
RIDICULA. Así se puede sintetizar la medida que impulsó el Gobierno de Mauricio Macri.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires prohibió el ingreso de bombos y banderas al Superclásico del próximo domingo. La medida -ridícula como pocas- surge de manera reaccionaria, luego de la polémica de las bengalas en la cancha de Vélez y con la única intención de hacer creer que alguien se preocupa por la seguridad en los estadios.A través de un comunicado de prensa, el gobierno porteño encabezado por Mauricio Macri advirtió que "de acuerdo a la reunión del Comité de Seguridad, se resolvió que no ingresen banderas, bombos ni otros elementos que puedan perjudicar la seguridad del Superclásico el próximo domingo 15 en el estadio de Boca Juniors".
Sí, después de limitar al hincha restringiendo el acceso de la parcialidad visitante a los estadios, apareció otro organismo de "seguridad" (esta vez de la Ciudad de Buenos Aires) para imponer una medida insólita y que de ninguna manera garantiza seguridad.
Porque no es el hincha genuino, los bombos o las banderas los responsables de la violencia en el fútbol argentino, pero -claro está- sí son la salida política más cómoda para todos aquellos que se dicen expertos en cuestiones de seguridad. Como desde los organismos públicos no pueden ni quieren resolver el problema de fondo, implementan estas medidas propias de su incapacidad y que tienen la única misión de generar un impacto mediático.
De alguna manera tenía que reaccionar el Gobierno de la Ciudad luego de que la hinchada de Vélez entrara cajas enteras de bengalas a la popular local del José Amalfitani y dejara manifiesto la falta de control sobre los estadios de fútbol. Y en ese sentido, nada mejor que hacer ruído en la previa del espectáculo deportivo más importante del país: el Superclásico. "Se resolvió que no ingresen bombos ni banderas", dictaminaron, como para salir del apuro. Para la próxima, "sólo falta que no nos dejen cantar...".
Fuente: www.riverplate.com
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