Con el empate ante Gimnasia, volvió a sumar frente a otro de sus rivales directos, pero no pudo asegurarse la punta del Clausura al menos por otra semana. Ahora, el liderazgo de La Banda depende de la suerte de Vélez ante San Lorenzo.
Más intención que fútbol. Así podría sintetizarse el flojo partido entre River y Gimnasia en La Plata. Porque si bien ambos tuvieron chances claras de gol, ninguno las logró producto del manejo de pelota o desnivelando al rival en base al juego.
En el primer tiempo, River llegó al arco rival con dos individualidades. La primera fue de la mano de Buonanotte, que a los 25 sacó un remate desde afuera del área que salió apenas desviado. Y la segunda se dio a los 29, cuando Lamela recibió un cruce de banda, la acomodó de pecho y sacudió sin suerte al arquerito Monetti. Poco después, Ferrero también pudo abrir el marcador con un cabezazo, pero se lo desviaron a un córner que jamás le cobraron.
Mientras que lo del Lobo apareció recién en el complemento. En la primera etapa apenas tuvo un remate de Bizcarra que Carrizo controló en dos tiempos. Pero en los últimos 45 minutos, el equipo de Cappa llegó a raíz de un tiro de Castro, que se fue por arriba del travesaño; y una carambola producto de un rebote en el área, que a los 41 obligó a JP a esforzarse al máximo para salvar la caída de su arco.
Ojo, por el lado de River, Román sorprendió con una jugada preparada y Díaz casi convierte de manera inesperada. Pero más allá de los golpes aislados de uno y otro, ninguno hizo méritos suficientes como para llevarse la victoria. Como saldo positivo para La Banda, queda el haber sumado contra todos los que pugnan en la pelea de abajo (Tigre, Huracán, Independiente, Quilmes y ahora Gimnasia). Pero se volvió de La Plata con el sabor amargo de no haberse asegurado la punta del campeonato.
Fuente: www.riverplate.com

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