27 de noviembre de 2011

River volvió a sufrir su bendita irregularidad

OTRA VEZ... River acumuló otro partido sin ganar en el Monumental.
El equipo de Almeyda regaló un tiempo y terminó empatando con lo justo frente a Rosario Central. Flojo de mitad de cancha hacia atrás, el Millonario tuvo que depender del Chori y Cavenaghi para golpear al conjunto rosarino. Así fue como llegó al gol del empate a solo 13 minutos antes del final.

La tarde comenzó con miles de hinchas de River en las puertas del Monumental cuando aún faltaban tres horas para el inicio del encuentro. Tanto se había hablado sobre la capacidad restringida -y ridícula, por cierto-, que se generó una especie de paranoia. Muchos temieron quedarse afuera. Sin embargo, la prevención de la gente contrastó con la incapacidad reiterada de los dirigentes y los organismos de seguridad: el estadio se abrió recién a las 17.15, apenas dos horas antes del partido y a pesar de la marea de riverplatenses que aguardaba afuera.

Una vez adentro, la expectativa cobró aún más fuerza. Los hinchas, que ansiaban con volver a festejar en el Monumental, hicieron tronar todo Núñez no bien el equipo saltó al campo de juego. Aunque los jugadores volvieron a naufragar en su eterna irregularidad y terminaron empatando frente a un Rosario Central mezquino, chiquito, que se agazapó cuando River se animó a buscar el partido.

Claro que previo a ello hubo 45 minutos en los que los dirigidos por Matías Almeyda tuvieron un desempeño bien alejado del que demostraron la semana pasada en Puerto Madryn. Es que en el primer tiempo, La Banda perdió el mediocampo (producto del flojo nivel de Cirigliano y Aguirre) y, en defensa, con Chichizola incluido, no fue garantía de nada. A tal punto, que Castillejos tuvo que hacer poco y nada para aprovechar los desajustes defensivos del millonario y casi pone el 1-0 mucho antes de lo esperado. A los 35, Delgado envió un centro y el goleador canalla reventó el travesaño local con total comodidad.

En cambio, lo mejorcito de River se vio en ataque, en especial cada vez que se juntaron el Chori y Cavenaghi. Cuando combinaron paredes, los ídolos riverplatenses hicieron sufrir a medio Rosario. Pero en el complemento, La Banda se volvió a dormir en mitad de cancha y lo terminó pagando con la caída de su arco. Carrizo encaró, Chichizola dio un rebote increíble hacia al medio y Rivero fue pura inteligencia para asistir a Castillejos, que definió suave junto a un palo ante la presencia impávida del arquero millonario.

Fue el 1-0 que dio la sensación que noquearía al equipo de Almeyda, pero no. A partir de ahí, River fue puro empuje para arrinconar a un Central que tuvo que apelar a las artimañas del equipo chico que es para frenar el vendaval millonario. Con Ocampos por derecha, Domínguez de enganche y el tándem Ríos-Cavenaghi en el área, River copó el campo de juego rival. Y otra vez, lo mejorcito volvió a desprenderse de los ídolos millonarios.

A los 32 minutos, el Chori asistió al Torito y éste definió entre las piernas de un Broun que tuvo una noche fantástica pero que nada pudo hacer ante un goleador implacable como el nueve de La Banda. Gol, empate y alivio. Aunque, claro está, y más allá de la jugada final de Ríos, esta igualdad no conformó y sembró preocupación en todo Núñez. Es que además de demostrar toda su irregularidad de un partido a otro, e incluso de un tiempo a otro, River volvió a resignar puntos vitales entre el pelotón de arriba.

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